Papá Noel, Reyes Magos… los niños están rodeados de estímulos, pantallas y montañas de juguetes y a veces olvidamos que lo que más necesitan no es cantidad, sino calidad. Los psicólogos para niños de Centro de Psicología Extremera Sánchez, nos recuerdan que el juego es su lenguaje, la forma en que los niños exploran el mundo y de descubren quiénes son. Sin embargo, cuando el exceso invade su espacio, también invade su atención, su creatividad y su capacidad de disfrutar plenamente. Por eso cada vez más psicólogos y educadores nos invitan a mirar el juego con otros ojos: con calma, con intención y con cariño.
Pero, ¿qué ocurre cuando “sobrerregamalos” a los menores de la casa?
1. Sobrestimulación y dificultad para concentrarse
- Demasiadas opciones saturan su atención.
- Les cuesta profundizar en un juego, terminar lo que empiezan o mantener la concentración.
2. Menor creatividad
- Cuando todo está “ya hecho” o hay demasiados estímulos, el niño juega de forma más superficial.
- Con menos juguetes, suelen inventar más, imaginar más y explorar más usos para cada objeto.
3. Menor valoración de lo que tienen
- El exceso puede llevar a que los juguetes pierdan significado.
- Se fomenta una relación más consumista: “si no me gusta, habrá otro”.
4. Más conflictos entre hermanos
- Curiosamente, más juguetes no significa menos peleas.
- A veces aumenta la competencia por “el mejor” o por lo nuevo.
5. Dificultad para desarrollar tolerancia a la frustración
- Si siempre hay un juguete alternativo, no practican la paciencia, el cuidado o la reparación.
En una próxima entrega de nuestro blog, te vamos a comentar como paliar el exceso de regalos con «la regla de los tres regalos».
